1-Enfermedad de la Línea Blanca

Enfermedad de la Línea Blanca

Introdución

 

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Se le da el nombre de enfermedad de la línea blanca, a la separación progresiva de la muralla del resto de la palma; ésto es debido a una infección fúngica, por lo que también recibe el nombre de “onicomicosis”, y comúnmente suele conocerse como “hormiguillo”.

Los hongos van destruyendo esta zona y crean una cavidad entre las láminas córneas que comprometen la capacidad de la muralla para soportar el peso del caballo, absorber el impacto y evitar el desgaste, impidiendo el buen rendimiento y ocasionando graves pérdidas económicas en muchos casos.

Las causas de este mal pueden ser genéticas, de manejo en la nutrición o del entorno, incluso de alguna lesión previa como laminitis que al provocar inflamación y aumento del grosor de las láminas deja una vía perfecta para que estos hongos se desarrollen en ellas.

La amplitud de las lesiones puede llegar incluso hasta el corion, y podemos hacernos una idea de su extensión mediante radiografías (en la zona afectada se observa una zona radiopaca de estrato intermedio de la muralla). Es muy importante esta valoración de la zona afectada antes de plantearse el tratamiento, ya que de ser muy amplia puede provocar el hundimiento de estructuras internas por falta de consistencia o soporte.

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El caso que nos ocupa es el de un caballo con una amplia vida deportiva, de avanzada edad y que se encuentra retirado hace tiempo de la competición; al observar el casco se evidencia la falta de consistencia y la inexistente unión de la palma y la muralla en la zona de lumbres, principalmente en la extremidad anterior derecha, la cuál está afectada por lesiones de hace tiempo, con retracción de los Tendones Flexores, colocando más peso precisamente en esta parte anterior, de esta manera la estructura de esta zona se encuentra más afectada.

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El tratamiento eficaz es la resección de las láminas y tejido afectado, para ello debemos ir con cuidado, trabajando con legras, tenaza o dremel (Fresadora eléctrica); la persona que lo realice deberá tener experiencia y un perfecto conocimiento de las estructuras del casco sobre las que va a trabajar, ya que nos estamos adentrando muy cerca de láminas sensibles y hay que tener sumo cuidado en su realización. Dependiendo de la extensión de la zona afectada, el tiempo que tengamos que invertir y del carácter del animal, puede ser aconsejable tranquilizarlo.

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Tendremos que eliminar por completo todo el tejido que no ofrezca buena calidad y unión, para ello siempre es aconsejable establecer unos límites de unos ocho a diez milímetros por encima del final de la zona afectada, para asegurarnos de que hemos erradicado por completo el problema. El éxito depende de que esta operación sea minuciosa y completa.

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Una vez que terminemos de completar la resección, durante un tiempo no inferior a diez días, se tratará con alguna solución que impida el crecimiento de nuevas colonias de hongos (algunos autores recomiendan soluciones de dióxido de cloro, yo uso diluciones de formol, o cualquier desinfectante para hongos del casco de los que existen en el mercado), y como prevención, el uso de yodo (betadine) de vez en cuando.

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Después podemos tomar varios caminos en función de la superficie y la zona que afecte al casco y el trabajo o disciplina que desarrolle el animal, si concursa o está en descanso etc; según ésto procederemos:

  • Si no realiza ningún trabajo puede dejarse descalzo, aplicando el tratamiento y observando que crezca sano.

  • Si trabaja regularmente, podemos reconstruir con acrílico la muralla (asegurándonos de haber realizado la resección correctamente, si dejamos restos de infección y sellamos, dejamos la semilla para una nueva invasión de las láminas y podríamos empeorarlo).

  • Y junto con la reconstrucción podemos aplicar una herradura normal para dar solidez, bien alguna cerrada de huevo etc., para repartir el peso, o con apoyo en ranilla para trasladar a la parte posterior del casco la carga, liberando de ésta la zona de la muralla afectada.

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En esta ocasión opté por reconstruir (con Adhere de Vettec) y colocar unas herraduras de aluminio de tabla veintidós. Este caballo se encontraba en proceso de recuperación tras practicarle una tenotomía recientemente y su trabajo era moderado con paseos dos veces al día.

Seis semanas más tarde, se procedió de nuevo a aplomar, y eliminando la parte sobrante y algún resto de la anterior reconstrucción que ya no ofrecía consistencia, se pulió la zona afectada.

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Observamos que su extensión ya no era importante y como el crecimiento de la muralla era compacto, en esta ocasión opté por poner una herradura (St.Croix Eventer) de tabla veintidós de dos pestañas que ofrece una sujeción más completa en la zona anterior afectada.

Conclusión: La enfermedad de la línea blanca u hormiguillo, es una infección insidiosa a la que no suele darse la importancia necesaria y que cuando no se ataca de frente y con todos los medios, va atrincherándose en las láminas. Normalmente no vemos a simple vista ni la mitad de la zona afectada y cuando no podemos fijar la herradura correctamente y sacamos a la luz la parte dañada, nos damos cuenta realmente de la envergadura del problema.

La actividad física, la alimentación, la higiene, mejoran el nivel de defensas del animal, pudiendo hacer frente de una forma más amplia a este tipo de infecciones.

Por lo que la mejor forma de actuar, es la vigilancia y prevención por parte del propietario y del profesional que se ocupa de nuestro caballo, y una vez planteado el problema, una respuesta eficaz, rápida y completa para la resolución de éste.